16 Ago, 2023

Sería más fácil no escribir nada. 


En mi humilde opinión (que nadie pidió) creo que el gran ganador de esta última elección fue MM. Lo hizo por partida triple (sumando al primo). No hubo momento en que no tentara o elogiara o fogueara al monstruito de ojos celestes. A tal punto que se apropió (con mucho derecho) del triunfo del domingo. Claro está que falta una parte acá: Bullrich.

No hay dudas que todas las menciones y denuncias que hacemos a los planes horrorosos del monstruito de los ojos claros son más que válidas pero también creo que la hacen quedar a Bullrich como la nueva hada buena y ahí está la trampa me parece.

Ya lo han expresado ayer y lo harán cada vez más por arriba o por abajo de la esfera pública: está claro que habrá alianzas entre ellos. Ya se tantean en PBA para ir juntos, no hay dudas que si gana el monstruito celestial Bullrich se sumará con tantos otros que designe MM al gabinete. Caso contrario, si gana Bullrich (como ya lo dijo) el monstruito celestial será su ministro de economía (literal o su programa).  Programa de: exclusión, de expulsión y de explotación de todos los recursos y derechos adquiridos (humanos, naturales, laborales, identitarios, de género, sindicales, de soberanía, de orientación sexual, etc).

¿Y qué hacemos? Creo que así como las reglas esenciales de la democracia ofrecen estas candidaturas (el voto mayoritario manda siempre y no existe eso de “votar mal”) me parece que al mismo tiempo la democracia se construye sobre el preciado derecho de manifestarnos, resistir y hacerles sentir todo nuestro rechazo a cualquier intento de pasarnos por encima de todas las manera que podamos y queramos hacerlo.

Y claro, a Massa también hay que mostrarle esta misma resistencia y también creo hay que votarlo 🤷🏻‍♂️ porque caso contario quedan en el ballotage M&M (o peor, uno de ellos gana en primera vuelta).

Pd. Yo voté a otro candidato a gusto y ahora me toca pensar que tendrá un lugar preponderante en el gobierno de Massa para poder imponer un rumbo lo más humano e inclusivo posible para luego poder formar en cuatro años otro gobierno mejor (puede sonar demasiado optimista esto último pero prefiero eso al mero lamento o el cinismo o culpar a quienes votaron a quien sea -eso último hizo MM en 2019-). Ojalá pronto nos veamos en una plaza o donde toque hacerlo para mostrar este rechazo cuanto antes.





31 Jul, 2021

De cánones y cañones.

Desde niño y luego en mi adolescencia mi relación con el cine fue una experiencia desordenada. No fue la clásica formación cinéfila de ir a un cineclub o un videoclub especializado (aunque tampoco es que en La Plata hubiese muchos de estos). Recuerdo, eso sí, grandes experiencias cinematográficas, una de ellas: ver la película Héroes en el Cine San Martín de La Plata con mi padre. Fue inolvidable y una revelación de todo lo que me parecía bien (con Maradona, Bilardo y Valeria Lynch). En definitiva, lo que me hacía acercar al cine eran ciertos intereses puntuales: la música (miraba Laberinto y miraba a David Bowie actuando en una película) o miraba películas sobre surf, básquet o skate y también alquilaba películas solamente para reírme. Entre ellas la casi didáctica Top Secret o La pistola desnuda por recordar algunas nomás.

En ese sentido, mi acercamiento era contenidista, o si se quiere para no quedar un poco antiguo separando la forma del contenido, más bien se trataba de una relación temático/afectiva: iba a ver lo que sospechaba que me iba a conectar con la película de alguna manera. Disfrutaba de todo el cine por igual, no existían cuestionamientos propios o ajenos por la contradicción entre oponer ver una cosa y luego otra. Un poco más grande recuerdo ver Cha Cha Cha o Tumberos con pasión mientras miraba videoclips en MTV y alquilaba Point Break insistentemente y a la par me iniciaba a leer a Herman Hesse o Salinger.



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24 Abr, 2021

¿Para qué hacemos lo que hacemos?

Fui invitado a escribir un artículo sobre mi película que está pronta a estrenarse en los cines de varias provincias (menos AMBA, claramente) en este contexto tan especial y pleno de incertidumbres. Como viene sucediendo en tiempos pandémicos, todo tiene un componente tragicómico y estrenar una película sin saber qué ocurrirá en unas semanas con la lógica angustia ante el crecimiento de casos es una prueba de hasta dónde nos hacemos (des)ilusiones con lo que podría pasar (para bien y para mal).



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